
Haciendo un paréntesis de la historia cabe destacar el desarrollo del personaje de Max, sobriamente llevado a la vida por Woods, ya que primeramente siendo un productor que empedirna e inescrupulosamente busca el máximo beneficio sin importar qué medio utilizar va siendo atrapado en una propia psicosis que envuelve tanto a agentes políticos y conspiraciones como a televisores que comienzan a cobrar vida (suena demasiado, pero el trabajo de los efectos visuales es imperdible, sobre todo teniendo en cuenta que es un film de hace 3 décadas) con una calidad visual tal que en más de un momento te invade el impulso de poner STOP y dejarla en el olvido. El cast cuenta con presencias y personajes que perfeccionan la historia con seguridad: Nicki (Deborah Harry, conocida por ser la líder vocal de la legendaria banda Blondie) en el papel de una psiquiatra especializada en sexo sádico que conoce a Max en un programa de debates televisivo, donde el personaje de Woods sale a defender su programación basada en sutiles entregas eróticas. A este debate se le suma el Profesor Brian O'Blivion (Jack Creley) que es quien encuadra mejor el perfil filosófico que muchas veces repentina y otras implícitamente aparece en la película y cuya nota que más cabe destacar es que el mismo solo permitía ser reportado si su cara salía a través de un televisor, una suerte de genio atrapado. Aunque al analizar a fondo VIDEODROME, todos los personajes en mayor o menor medida estaban atrapadas por el aparato.

Al descubrir Max que la señal del programa provenía de Pittsburgh, Nicki decide audicionar para el programa y toma un vuelo. Las preocupaciones de su nuevo amante se tornan cada vez más fundadas, cuando al invitar a una vieja amiga para que lo ayude con su programación se entera que detrás de VIDEODROME hay una trama política cuyo fin es desconocido pero la violencia desbordada característica del programa no estaba muy alejada de encuadrar tal objetivo. Tras ello decide acudir a O'Blivion, que según Masha (Lynne Gorman), tenía información acerca del programa. Cuando éste lo contacta a través de su hija, se entera que fue el profesor quien creó tal señal y cuando descubrió que se usaría con fines impensados sus compañeros decidieron utilizarlo en su contra para callarlo y, por qué no, matarlo. Lo que aparecía en los debates televisivos era simplemente un video grabado por Brian antes de su muerte, había hecho lo mismo cientos de veces para perpetuar su utópica visión del nuevo mundo.
El resto se lo dejo para su deleite, cada minuto de VIDEODROME es una joya del cine under de los '80, demostrando una vez más la gran percepción canadiense para con el séptimo arte, muchas veces menospreciada. Los amantes del género no pueden dejar pasarla.
Los choques visuales bestiales de esta obra pueden resumirse en la imagen en la que del estómago de Max se crea una cavidad de la forma de una videocasetera donde cabe perfectamente (y eventualmente lo hará) un videocassette, transformándolo en un humanoide futurísticamente customizado.

Trailer de VIDEODROME
es una locura este medio!
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